El COVID-19 es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV2. El virus es capaz de infectar a todas las poblaciones humanas, pero hay personas con riesgo de desarrollar complicaciones severas que ponen en riesgo sus vidas. La causa de esta mortalidad al momento no se conoce. Estas circunstancias exigen que mantengamos distanciamiento físico para reducir el riesgo que miembros de poblaciones vulnerables se contagien. Además, este distanciamiento reduce la posibilidad que los centros de salud sean abrumados por el aumento en casos de enfermedad respiratoria.
El distanciamiento físico como medida de salud pública, puede contribuir a un aumento en desórdenes mentales. Nuestros cuerpos tienen mecanismos que nos permiten superar estrés a largo y corto plazo. Aún así, algunos eventos o comportamientos pueden causarnos:
- Ansiedad: un sentimiento generalizado de miedo o de terror sobre eventos que esperamos. La ansiedad tiene síntomas que podemos verificar fisiológicamente y contribuyen al desarrollo de otras enfermedades.
- Depresión: una disminución general en el deseo de llevar a cabo las actividades rutinarias, sentimientos de desesperación y cambios en apetito o rutina de sueño.
- Desorden de estrés pos-traumático (PTSD por siglas en inglés): sentimientos de agobio acerca de un evento traumático, pesadillas y cambios de personalidad, incluyendo evitar conductas normales. Las personas afectadas normalmente se ven afectadas por largo tiempo.
En este artículo, hablamos sobre los efectos del corona-virus en el sistema nervioso central. Además, examinamos los efectos de política pública (distanciamiento físico y cuarentena) basados en previos brotes virales. Finalmente, recomendamos métodos para reducir el impacto mental del distanciamiento físico.
Procedimientos para controlar la pandémica COVID-19
El distanciamiento físico (erróneamente llamado distanciamiento social) es la práctica de mantener un radio de al menos seis pies (dos metros) de distancia entre cada individuo. Esta práctica reduce la posibilidad que gotitas respiratorias (producidas al toser, estornudar o hablar) que contengan el SARS-CoV2 lleguen al tracto respiratorio de una persona que no está contagiada, causándole una infección1.
La segunda estrategia es quedarse en su casa o “resguárdese en casa” y tiene el mismo propósito que el distanciamiento físico. Si la población permanece en un lugar por un periodo extendido, se reduce la probabilidad que personas entren en contacto con personas o superficies contaminadas. Esta estrategia también reduce el número general de hospitalizaciones al reducir el número de accidentes que ocurre fuera de la casa.
Se les sugiere a personas que han sido infectadas con SARS-CoV2 y se han recuperado que se aíslen de otros. Esto es porque aun después de recuperarse la persona continua siendo contagiosa 2. Aún con catarros o resfriados comunes (COVID-19 no es un catarro común) no se recomienda salir, ya que el individuo infectado continúa siendo infeccioso aún cuando se “sienta mejor”.
Personas que están infectadas con el virus y se hospitalizan por dificultades respiratorias se le puede dar una combinación de terapia respiratoria y medicamentos experimentales, para reducir complicaciones que pongan en riesgo la vida. Actualmente hay muchos ensayos clínicos diseñados para determinar la efectividad de estos medicamentos y desarrollar una vacuna contra el virus que causa COVID-19.
El propósito de estas estrategias es reducir las personas que se infecten con SARS-CoV2 y por consecuencia, reducir el número de personas que lleguen a las salas de los centros de salud.
Efectos de infección por corona-virus en el sistema nervioso central
Aún no conocemos mucho sobre cómo una infección con el SARS-CoV2 y el desarrollo de COVID-19 afecta el sistema nervioso central (SNC), aunque hay literatura epidemiológica acerca de las consecuencias de la infección con otros tipos de corona-virus. La siguiente sección repasa los efectos sobre la salud mental en dos brotes anteriores de corona-virus: SARS y MERS.
La infección por corona-virus causa un aumento en la producción de proteínas inflamatorias conocidas como citoquinas (Nota: las citoquinas son una familia compleja de proteínas que a veces tienen roles inflamatorios y otras veces son anti-inflamatorias. Complicando aún más la situación estas proteínas dependen de la célula y su interacción con su ambiente). Un aumento en los niveles de estrés del individuo reduce la regulación del sistema inmune causando inflamación. Si esta inflamación ocurre en el cerebro, puede interrumpir los procesos normales y causar confusión. La respuesta inmune conocida como “tormenta de citoquina” es una consecuencia de la condición severa de COVID-19. Esta “tormenta de citoquina” permite que proteínas que promueven la inflamación entren en el sistema nervioso central y su entrada tiene efectos negativos a largo plazo 3,4. Por ejemplo, un estudio sobre ratones infectados con SARS-CoV1 reportó un aumento de citoquinas en el SNC y muerte de neuronas, las células del SNC 5. En humanos, la infección con SARS-CoV1 (relacionado a SARS-CoV2) ha causado aumento en la localización de células al sistema nervioso central. Normalmente, estas células no se encuentran allí; por lo tanto, su presencia altera la función neurológica normal 6 y causa daño al sistema nervioso central 7. Estudios realizados años después de la epidemia de SARS del 2003 encontraron que los pacientes que se recuperaron, sufrían de desorden de estrés pos-traumático, depresión, y desórdenes de dolor, de pánico y desorden obsesivo compulsivo 8.
Se ha demostrado que el COVID-19 causa pérdida de los sentidos de olfato y gusto 9. Aunque al momento no hay evidencia que el SARS-CoV2 pueda causar enfermedades neurodegenerativas, es importante recordar que hay mucho por aprender acerca de esta enfermedad 10.
Efectos de las estrategias para reducir el COVID-19 en la salud mental
Estas estrategias no tienen precedente en la historia contemporánea de nuestro país. Los seres humanos somos organismos sociales y el distanciamiento físico nos causa emociones agobiantes. Es muy posible que estas estrategias contribuyan al aumento de estrés durante la pandemia. Las poblaciones asiáticas que han experimentado este tipo de distanciamiento han reportado aumentos en sentimientos de angustia 3. Por lo tanto, podemos esperar tazas elevadas de ansiedad y depresión. Esto se debe a preocupaciones sobre nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Además, gracias a la globalización sentimos preocupación por nuestra especie alrededor del planeta. Estas emociones se pueden amplificar por sentimientos de impotencia para garantizar la salud de nuestros familiares. Podemos además sentir que estamos solos, aun si no lo estamos, y este sentimiento contribuye a la ansiedad.
También es normal sentir miedo ante el escrutinio de la conducta de otros y de nuestras acciones. Es muy común perder la paciencia y sentir coraje con el comportamiento de otros, especialmente si sentimos que ponen nuestra salud en riesgo. Al principio de la actual pandemia, el miedo también resultaba por la preocupación de no poder conseguir los artículos de necesidad en el supermercado.
Otra fuente de frustración es la falta de entendimiento del aspecto temporal de la pandemia. ¿Cuánto tiempo estaremos en distanciamiento? ¿Cuánto tiempo tendremos que preocuparnos del COVID-19? ¿Qué eventos de nuestra vida se verán afectados? Mientras menos sabemos de cuánto tiempo esta condición (indeseable) permanecerá, más frustración sentimos. Todas estas son fuentes de sentimientos de angustia y pueden contribuir a un aumento en el deseo de utilizar alcohol u otras drogas. Es importante reconocer que es difícil concluir una relación directa basados en la evidencia, ya que la ansiedad puede aumentar el deseo de consumir drogas, pero el consumo de drogas aumenta la ansiedad 11.
También es importante considerar a los profesionales de la salud, involucrados en tratar a la población infectada con SARS-CoV2. Estos profesionales tienen las mismas fuentes de estrés que la población general, además de sus experiencias laborales. Por esta razón se ha observado en pandemias anteriores que esta población tiene un mayor riesgo de desarrollar desorden de estrés pos-traumático 12. Las consecuencias de infección por COVID-19 y las estrategias para contener la pandemia se continuarán descubriendo por mucho tiempo (años y posiblemente décadas). Es importante considerar el desarrollo de enfermedades neurológicas a largo plazo en personas afectadas con COVID-19. En el futuro será necesaria la movilización de recursos y profesionales de salud mental a las comunidades afectadas, incluyendo a los profesionales de la salud que actualmente manejan las manifestaciones físicas de la pandemia de COVID-19.
Recomendaciones 13
¿Qué acciones podemos tomar para reducir el impacto del distanciamiento social sobre nuestra salud mental?
1) Mejora tu conciencia de la situación y ajusta tus expectativas
Las estrategias para “aplanar la curva” tienen efectos sobre nuestra salud mental. Estos son momentos que nos causarán angustia. Ten conciencia de que sientes estrés. Es normal y todos lo sentimos.
Posiblemente sientas que eres menos productiva/productivo si estás trabajando desde tu casa. Es normal y de esperarse. Sugiere metas que puedas cumplir, no es el momento de ser excesivamente ambicioso. Desarrolla nuevas evaluaciones de tu productividad y continúa examinando cuán útiles son.
2) Mantén tus rutinas diarias
Identifica partes de tu rutina que están cambiando. Reconoce que el cambio es normal y no te agobies por el cambio. Todo ha cambiado.
Mantén tu rutina lo más que puedas. Aunque el punto anterior es importante, los cambios repentinos y drásticos nos causan estrés. Por lo tanto, si hay partes de tu rutina diaria que no tienen que cambiar, has lo que puedas por mantenerlas.
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- Por ejemplo, si te ejercitas en la mañana, antes de salir a trabajar o después de salir del trabajo, continua ejercitándote entonces.
- Despierta a la misma hora que cuando viajas a tu lugar de trabajo.
- Toma tus baños, cepíllate los dientes y aféitate a la misma hora.
- Aún si no vas a salir de tu casa, vístete y prepárate de la misma manera que si te fueras a reunir con tus compañeros.
3) Desarrolla o mejora tus prácticas de sueño. El sueño es importante para regular nuestras respuestas emocionales 14. Algunas recomendaciones 15 para mejorar el sueño incluyen:
Aumenta tu exposición a la luz del sol durante el día. La luz indirecta es efectiva, así que abre las cortinas.
Reduce el consumo de cafeína y alcohol. Especialmente 2-3 horas antes de acostarte.
El ejercicio es bueno para tu salud general y ayuda a mejorar el sueño, pero no debes ir al gimnasio o ejercitarte justo antes de acostarte. No permitas que tu rutina de ejercicio te cause estrés. El ejercicio ayuda a dormir, el estrés no.
No tengas un reloj en el cuarto en el que duermes, pues te verás tentado a mirarlo si despiertas en la noche.
No uses tu cama para actividades que no sean dormir o tener sexo. Esto quiere decir nada de leer, comer, trabajar o hablar en el teléfono en cama.
Acostumbra una hora para acostarte y una hora para levantarte. Haz un esfuerzo por mantener estas conductas a esas horas.
Piensa en cambios a tu rutina de sueño durante el día. No trates de desarrollar una rutina mientras estás tratando de quedarte dormido. Esto te causara estrés y no lograrás quedarte dormido.
Solo debes tomar medicamentos para dormir que pueden causar dependencia bajo supervisión médica. Estos medicamentos pueden ser efectivos bajo ciertas condiciones y a corto plazo. Estos medicamentos también pueden ser efectivos si has sido diagnosticado con otros desórdenes mentales.
4) Mejora la conciencia de tu cuerpo
Respira: enfócate en tu respiración. ¿Cómo respiras? ¿Cuánto tiempo tomas en inhalar o exhalar? ¿Respiras diferente bajo distintas circunstancias? Enfocarte en tu respiración te ayudara a mejorar tu conciencia.
Toma tu temperatura: Aunque conocemos que la temperatura del cuerpo humano es 37°C (98.6°F) al menos un estudio reciente encontró que la temperatura promedio del cuerpo humano depende de las circunstancias históricas en las que se determina el promedio 16. ¿Cuál es tu promedio? ¿Cambia la temperatura con las actividades que realizas? ¿Cambia con el momento del día?
Mánten un diario: Si vas a comenzar un nuevo proyecto, considera mantener un diario. Toma notas acerca de las diferencias en cómo haces las cosas y cómo piensas. Enfócate en diferencias entre tus métodos y los métodos que has estudiado.
5) Ten compasión.
Ten compasión contigo misma/mismo. Es difícil distinguir el estrés en nosotros, pero es importante que reconozcamos que lo tenemos. Sé consiente de tus quejas a las otras personas. Es normal y hasta terapéutico quejarse, pero debes ser consiente. Entiende la razón de tus quejas y su causa.
Ten compasión con los demás. Todas estamos distanciándonos. La misma falta de sueño, soledad, ansiedad y depresión que sentimos, la sienten nuestros vecinos. No todos conocen la mejor manera de manejar el estrés. Comprende otros puntos de vista. Ayuda a otras a buscar y utilizar los mejores métodos para manejar el estrés.
6) Mantente en comunicación con tus amigos y familiares. Recuerda que la estrategia para contener el COVID-19 se llama distanciamiento físico, no distanciamiento social. Aprovecha todos los métodos de comunicación que hay disponible. Llama a tus seres queridos y comparte con ellos tus sentimientos, incluyendo tus frustraciones y victorias.
7) Entiende la situación actual, los riesgos a tu persona y a los demás.
Identifica fuentes de información confiables.
Recuerda mantenerte en el presente. Hay mucha información (incluyendo este artículo) que intenta contextualizar la pandemia.
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- Para esto se hacen comparaciones a brotes y pandemias anteriores.
- Aunque esto puede ser útil, es importante reconocer que nuestra actual situación presenta retos únicos y requiere soluciones específicas.
- Comunícate con tus amigos, familiares y colaboradores. Pídeles sus fuentes de información y pregunta porque ellos confían en esas fuentes.
Discute similitudes y diferencias en las estrategias que utilizan las comunidades donde viven tus amigos y familiares.
Comunica tus ideas acerca de la pandemia del COVID-19. Habla con personas de confianza sobre tus sentimientos acerca de las personas infectadas y del impacto del aislamiento. Discute cómo piensas que se verá el mundo al terminar la pandemia.
Sé feliz y tendrás salud. La felicidad y un estilo de vida saludable mejoran el sistema inmune.
Reconocimientos:
Queremos agradecer a Yasmin Diodonet, LCPC, por su revisión de este artículo.
Bibliography:
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Eduardo J. Guzmán Santiago says:
Saludos Steven!
Es curioso como la situación de la pandemia actual afecta a los contagiados y a los no contagiados. Vivir con niveles de cortisol excesivos a causa del estrés por tiempo prolongado, definitivamente tiene repercusiones en el Sistema Nervioso Central. Gracias por compartir éste tipo de lectura educacional para el beneficio de la comunidad.
Lumarie Pérez says:
Muy informativo. Es bueno reconocer que COVID-19 nos puede afectar de maneras distintas. Gracias por las sugerencias para poder manejar la situación y por recordarnos que debemos ser compasivos con otros y nosotros mismos.