Por la Dra. Poonam Balaji
Las vacunas (inmunizaciones) son una de las invenciones mejor conocidas de la ciencia. Su importancia se amplifica en circunstancias como la actual pandémica del COVID-19 para la cual se busca desarrollar una vacuna.
Vacunas
La primera vacuna contra una enfermedad llamada viruela se descubrió en el 1798 por el médico Edward Jenner. El éxito de este descubrimiento es indudable ya que la viruela dejó de existir en el 1980. Desde este descubrimiento un número de vacunas se han desarrollado contra otras enfermedades letales como el polio, la tuberculosis, el sarampión, la rubéola, difteria y otras enfermedades. Gracias a las vacunas la viruela1 esta erradicada y otras enfermedades como el polio2 y el sarampión son controladas efectivamente.
Las vacunas “entrenan” a nuestro sistema inmune a reconocer y luchar contra patógenos como las bacterias y los virus sin exponer a nuestro cuerpo a los agentes que causan la enfermedad o los síntomas de estas enfermedades. Las vacunas de preparan de patógenos (antígenos para las células inmunológicas) que han sido inactivados o debilitados. Estos patógenos no pueden causar una infección, pero cuando nuestro cuerpo los encuentra, los identifica y produce anticuerpos contra estos antígenos.
Una de las metas principales de las vacunas es generar anticuerpos que permanezcan en tu cuerpo por un largo periodo de tiempo. Meses después de estar expuesta a una vacuna los niveles de anticuerpo alcanzan su pico y comienzan a reducir en la sangre. Esta reducción puede ser temporera y si tu cuerpo se ve expuesto al mismo antígeno puede producir anticuerpos aún décadas después del contacto inicial. Las células responsables de este tipo de inmunidad a largo plazo se encuentran en la medula ósea y se llaman células plasmáticas de medula ósea3. Estas células potencialmente viven en nuestros huesos durante toda nuestra vida4. Estudios demuestran que estas células se encuentran además en ratones y que liberan anticuerpos a la sangre continuamente. Los niveles de un anticuerpo específico están correlacionados de manera directa al número presente de estas células.
¿Por qué necesitas una vacuna contra la influenza todos los años?
Las mejores vacunas son aquellas que ofrecen inmunidad y protección contra una enfermedad por toda la vida sin necesidad de volver a tratarse, ejemplos de las cuales son las vacunas contra el sarampión, la rubéola y la difteria5. Las vacunas contra la influenza son diferentes. Típicamente estas vacunas son necesarias todos los años justo antes de una temporada pico de influenza.
Una investigación6 por Rafi Ahmed y sus colegas en la Universidad de Emory de Atlanta, publicada en “Science” estudió este problema de “memoria” para las células plasmáticas. Ya que sabemos que la cantidad de anticuerpos en la sangre esta directamente ligada al número de células plasmáticas presentes en la medula ósea, este grupo decidió investigar precisamente la presencia de estas células plasmáticas.
También conocemos que después de inmunización con la vacuna contra la influenza, la de producción de anticuerpos disminuye rápidamente. Esto sugiere que las células plasmáticas que producen los anticuerpos sobreviven por mucho tiempo o que el tipo de célula plasmática que produce este anticuerpo no es del tipo que vive en la medula ósea y que produce anticuerpos por años o décadas.
Para determinar la causa de la reducción en anticuerpos los científicos examinaron la medula ósea de 53 voluntarios entre las edades de 20 y 45 años en las semanas y meses después de la inmunización. El procedimiento para remover la medula ósea es difícil, consume mucho tiempo y puede ser doloroso, ya que requiere que se penetre el hueso de la pelvis con una aguja.
Los científicos pudieron detectar un aumento en las células plasmáticas de medula ósea después de 28 días de la inmunización contra la influenza. Al paso de aproximadamente un año estas células no se podían detectar en la medula ósea de los voluntarios. Sin células plasmáticas de medula ósea produciendo anticuerpos contra el virus de la influenza no hay inmunidad.
Los autores sugieren que el establecimiento de una inmunidad a largo plazo requiere múltiples pasos, incluyendo la migración al tejido linfático a la medula ósea, el establecimiento de un nicho en la medula ósea, la alteración de expresión genética y metabolismo para proveer longevidad. Los autores sugieren que el fallo de cualquiera de estos pasos evita el establecimiento de células plasmáticas contra la influenza en la medula ósea.
Una sugerencia para mejorar la durabilidad y eficacia de la vacuna de la influenza es mejorar el los números de células plasmáticas en la medula ósea a través del uso de un adyuvante7.
Un adyuvante es un ingrediente que se añade a las vacunas para incrementar la reacción inmunológica. Los adyuvantes se pueden incluir en las vacunas de manera segura, sin causar riesgo a las personas inmunizadas.
Se han hecho modificaciones al proceso de producción de las vacunas contra la influenza durante las últimas décadas para mejorar su eficacia y reducir efectos secundarios. La primera modificación fue eliminar la solución en la que estaba disuelta la vacuna, llamada el adyuvante de Freund. Esta mezcla de agua y aceite causaba la formación de ulceraciones en la piel. Otra modificación importante introducida en las últimas décadas es el uso de proteínas del virus de la influenza. Las vacunas de la influenza, excepto aquellas que tienen virus atenuado, no tienen virus. La inmunización se logra a través de la inyección de proteínas que las células plasmáticas reconocen como externas (antígenos).
La investigación de la última década se ha enfocado en el desarrollo de adyuvantes8 seguros que se pueden incluir en la vacuna de la influenza y en otras. Es posible que incluir estos adyuvantes en las vacunas futuras mejore la respuesta de las células plasmáticas y la memoria a largo plazo. ¡Hasta entonces la dosis de verdad acerca de la vacuna de la influenza es hay que inmunizarse todos los años!
Bibliografía:
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- Cohen, J. How long do vaccines last? The surprising answers may help protect people longer. https://www.sciencemag.org/news/2019/04/how-long-do-vaccines-last-surprising-answers-may-help-protect-people-longer.
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